lunes, 3 de septiembre de 2007

CRISIS DEL PERIODISMO INFORMATIVO ¿RETORNO A LA COMUNICACION?

¿Qué es una crisis? Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE[1]) una crisis es (para nuestro caso):

(Del lat. crisis, y este del gr. κρίσις).
1. Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya histórico o espiritual.
2. Situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese.
3. Escasez, carestía.
4. Situación dificultosa o complicada.

Así las cosas, si decimos que el Periodismo Informativo está en crisis, nos estamos refiriendo a que necesariamente está sufriendo cambios importantes en su desarrollo, estructura, composición y, sobre todo, en la manera en que llega a la gente, bien sea por radio, televisión o medios escritos físicos o electrónicos.

Siempre, en las academias, medios de comunicación, y entre la gente de a pie, o gente del común, se ha dicho que “el periodismo debe decir la verdad, debe lealtad a los ciudadanos, procura verificación rigurosa, requiere independencia respecto a aquellos de quienes informa, ejerce control independiente del poder, constituye un foro para la crítica y el comentario (…)”[2] y muchos otras cosas se dicen del periodista, el periodismo, la comunicación y los medios. Pero ¿qué es verdad y qué mentira o qué es verosímil?; ¿lealtad ante quién exactamente? Acaso ¿no puede pasar que por ser leal a unos se sea desleal a los otros?; ¿hasta qué punto se puede verificar rigurosamente en un contexto como el nuestro en el que escasamente se puede acceder a información parcial y eso a costa de muchos riesgos para el periodista? ; ¿qué es la independencia y quién puede ser independiente cuando los medios de difusión masiva por los que se emite la información, pertenecen a ciertos grupos políticos, económicos o religiosos?

Si realizar la labor periodística en un medio como la televisión en el que la gente quiere ver cosas bonitas, presentadores bonitos, noticias que, aunque en nuestro caso sean “malas”, se muestren bonitas o al menos las imágenes sean nítidas, es indudable que el Periodismo Informativo está en crisis y entonces con los nuevos modelos y ritmos de vida de la modernidad, la crisis se va a agudizar. Bueno, eso deben de pensar los académicos tradicionalistas y convencionales. Yo creo en cambio que el Periodismo Informativo está pasando por un proceso de crecimiento y transformación acorde al mundo en el que se generan las noticias. Los espectadores no son pasivos y no son pacientes. Ahora buscan la información, construyen la información y lo más interesante del proceso, es que confirman, confrontan y refutan la información.

Ya no hablamos sólo de poner a disposición del espectador algo para que se informe. Ahora el concepto es más amplio y el contexto más exigente. Hoy, el espectador asiste a ver el espectáculo en los medios, es decir, a entretenerse. Y ahí es donde reside precisamente el reto del los medios de comunicación, de los periodistas (los que trabajan solos y los que trabajan en equipo) y de las fuentes mismas: tienen que “hacerse visibles”[3], tienen que mostrarse y hacerse atractivos para que la gente acuda a ellos y de esta forma existan, porque los medios existen en tanto son conocidos.

Informar es, en su definición más básica de la RAE, “enterar, dar noticia de algo”[4]. Sin embargo, esta definición se queda corta, puesto que no se entera o se da noticia a nadie. En este caso, necesariamente, si hay un “que”, tiene que haber un “a quien” es decir, el receptor de esas noticias y ahí es donde se complica el panorama informativo, porque ya surgen entonces los problemas típicos de la comunicación o el efecto “teléfono roto”. Una cosa es lo que pasa realmente, otra la que el reportero percibe, otra la que el medio publica, otra la que el receptor entiende y muy distinta la que ese receptor como multiplicador de la información, transmite a los “sub.-receptores”.

Así las cosas, el periodismo está en una verdadera crisis, pero creo que lo que pasa es muy parecido al fenómeno político, que como todos sabemos es una perversión, pero que como ideal es bueno y funciona, por lo que no se requeriría otras corrientes como la izquierda. En el caso del periodismo, no se necesita volver a la comunicación ni al periodismo clásico y tampoco es necesario construir otro periodismo. El modelo que hay, en teoría, es bueno y es efectivo y cumple a cabalidad con su función, solo que el mundo real es muy diferente al ideal y en el manejo de elementos intangibles y abstractos como la información, aunado al mercado en que se ha convertido, es inevitable que se presenten conflictos de intereses, se tergiversen los datos, se escondan o se cambien y por consiguiente estemos en una verdadera crisis.



[1] www.rae.es/busqueda
[2] Kovach y Rosentiel (opus cit, p. 18)
[3] González, Julián. Crisis del periodismo: retorno a la comunicación. P. 6
[4] www.rae.es/busqueda¿Qué es una crisis? Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE[1]) una crisis es (para nuestro caso):