miércoles, 26 de marzo de 2008

¿Y LA LEALTAD?

La lealtad es el cumplimiento de las leyes de la fidelidad y las del honor y tiene una gran relación con la verdad. Sin embargo, en muchas ocasiones somos desleales con nuestros amigos, compañeros y familiares. Ser leal es un principio, pero pocos son capaces de mantenerlo como esencia del hombre de bien y de no sucumbir ante lo que se presenta en la vida cotidiana.

Tenemos un concepto y un arraigo tan débil de la lealtad que terminamos haciendo cosas que lastiman a esas personas que decimos querer, sólo por vivir algunas cosas que, en todo caso, nunca serán tan buenas o imprescindibles como para no rehusarse a ellas o no poder buscarlas en otro entorno, lejos de quienes nos aprecian y apreciamos.

Tenemos amigos de nombre y tal vez por ello no los respetamos lo suficiente como para serles leales, sinceros, para no traicionarlos por acción, omisión o por desconocimiento (si desconocemos queda la duda de qué tan fuerte es ese lazo de amistad, pero en todo caso, siempre, por el mero hecho de que se llame amigo, debe recibir de nuestra parte sinceridad, respeto y lealtad).

Ojala fuéramos capaces de reconocer que no somos leales, que tarde o temprano terminamos traicionando a quienes tenemos cerca y que somos absolutamente cobardes para aceptarlo, reconocerlo y asumir las consecuencias. No hay duda de que el ser humano es un ser social, pero tampoco de que es infinitamente cruel, cobarde y descarado. Siempre el bien particular prima sobre el general (aunque las leyes digan lo contrario) y para alcanzar lo que queremos no nos importa pasar por encima de quien sea, así después terminemos amargamente arrepentidos.

No se trata de dejar de tener intereses propios y personales, sino precisamente, de respetar esos intereses que otros, nuestros amigos, compañeros, padres, hermanos y demás personas que están a nuestro lado, ya tuvieron.

¡Cuidado! Que nunca un amigo o una de esas personas que dice querer, le tenga que recriminar o preguntar: ¿Y LA LEALTAD?

miércoles, 12 de marzo de 2008

¡CUIDADO! LA TECNOLOGÍA ATROPELLA


Hoy están de moda conceptos tecnológicos que dejan a más de uno con una infinidad de dudas, a otros les son indiferentes, hay quienes tratan de adapatarse a ese loco y apresurado mundo y muchos definitivamente se quedan relegados en el tiempo. ¿Será que a usted la tecnología lo atropella?


Hay muchos problemas con la implementación tecnológica en Colombia, más aún cuando seguimos siendo una sociedad rural en la que la mayoría de los procesos se realizan manualmente, por no decir que obsoletamente. Gran parte de ese problema radica en que nos hemos quedado con el concepto de nuevas tecnologías como eso, "nuevas" , sin evolucionar. Todavía llamamos a la internet "nueva tecnología" cuando se desarrollo desde 1.962 (otra cosa ha sido la masificación).


Entonces si bien la internet ha sido una red de comunicación e información que ha roto todas las barreras de espacio y tiempo, hoy es necesario volcar la mirada a otros elementos como la microtecnología y la nanotecnología (¿ha oido hablar de ellos?). Es común que en la jerga popular se escuche decir cosas como que "uno no aprende a manejar un programa cuando ya ha salido otra versión" y es cierto, porque los avances van muy por delante de lo que el ciudadano común puede asimilar.


Lo pondré de la siguiente manera: si usted no utiliza los siguientes elementos tecnológicos, o al menos conoce cómo se realizan, lo atropelló la tecnología:


1. Tiene teléfono celular y sabe manejarlo

2. Realiza transacciones, paga facturas y accede a internet desde su celular

3. Tiene mímimamente un correo electrónico y lo revisa con frecuencia

4. Utiliza algún mensajero instantáneo.

5. Paga facturas y hace compras por medio de internet

6. Posee algún reproductor de música portátil, sabe como ingresar y eliminar la música

7. Maneja algún software diferente al office básico

8. Pertenece a alguna comunidad virtual

9. Conoce el funcionamiento básico de un computador, un DVD, una cámara fotográfica y de vídeo, un I-pod y un microondas.

10. Almacena la información en USB

11. Sabe "bajar" música de internet

12. Sabe "quemar" un CD o DVD

13. Sabe qué es un virus (tecnológicamente hablando)

14. Sabe para qué sirve una Palm


Lo que acabo de mencionar es sólo una mínima parte de lo que hoy se debería hacer. Si usted no realiza alguna de estas actividades de manera cotidiana, seguramente es de los que hace fila una hora en un banco, envía correspondencia por correo físico, sólo se comunica por teléfono, escasamente escribe en word y hace un power point , aún utiliza disquet para guardar su información y tiene que pedir ayuda para encender algún aparato electrónico. De ser así ¡Cuidado!, muy pronto los procesos manuales desaparecerán y si usted no se actualiza, LO ATROPELLARÁ LA TECNOLOGÍA.


jueves, 6 de marzo de 2008

Tripulantes del tren de los delirios

El siguiente paso de Chávez, Correa y Ortega será reconocer beligerancia.

MÁS: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/otroscolumnistas/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3987529.html

miércoles, 5 de marzo de 2008

¿Y EL PUEBLO?

Con la actual crisis "diplomática" entre Colombia, Ecuador y Venezuela, el pueblo se ha puesto de moda. Y claro, está siendo usado. Ahora resulta que todas las acciones de los tres países están encaminadas hacia el bienestar de este. Yo me sigo preguntando ¿Dónde está el pueblo?

Con toda la espectacularización que se le ha dado el tema (de eso somos responsables los comunicadores y periodistas), son muchas las versiones, conjeturas, hipótesis, rumores, "joyitas" y hasta adefesios que se han dicho.

En primer lugar el hecho de que los más importantes medios de comunicación de este país hayan mostrado las fotografías sin ningún tipo de retoque del abatido guerrillero alias Raúl Reyes, no deja de ser una muestra flagrante de amarillismo. Sin embargo, de no ser así hoy habría muchas dudas en la opinión pública sobre si sería o no cierto que le habían dado de baja. Y eso se debe únicamente a que las autoridades de este país ya no tienen credibilidad por las muchas mentiras que le han dicho a "el pueblo".

Pero el otro fenómeno es que aquí un escándalo (espectáculo) opaca otro en cuestión de horas, lo que hace que "el pueblo" no tenga memoria. Y claro, cualquiera se aprovecha de eso. ¿Acaso alguien recuerda hoy día que hace algunos meses anunciaron la muerte de alias "El Negro Acacio", pero de él nunca mostraron el cadáver? No, "el pueblo ya había olvidado esa baja; igual pasa con Carlos Castaño y algunos todavía dudan de la muerte de Pablo Escobar, simplemente porque a las autoridades colombianas no se les cree.

Pero el tema es el pueblo. Y ese pueblo que ha sufrido las barbaries de la guerra, del terrorismo (insurgente y de estado) hoy celebra la muerte de un personaje como Raúl Reyes. Entonces si bien la incursión de las tropas colombianas en territorio ecuatoriano puede no ser legal (si se invocan las normas internacionales podría utilizarse la figura de defensa anticipada), si es absolutamente legítima, en tanto "el pueblo" colombiano la está legitimando, es decir, la apoya.

Pero lamentablemente, lo que debería haber sido un elemento cohesionador, se convirtió en un detonante que rompió las relaciones entre naciones vecinas (no comparto el concepto de naciones hermanas, porque el vecino de uno no es el hermano y el hermano no necesariamente es el vecino), al conocerse una serie de información (por demás mal manejada) que no deja duda de los vínculos de Venezuela con la guerrilla de las FARC y que de paso (para sorpresa de muchos) involucra al Ecuador.

Lo innegable aquí es que el señor Reyes representaba una amenaza para la seguridada nacional de Colombia y que el golpe fue duro y contundente, por lo que no se puede permitir bajo ninguna circunstancia que rumores como que "estaban durmiendo", "los atacaron a la mansalva" y cosas por el estilo desvíen la atención. Como hubiera sido se trataba de terroristas que más de una vez habían asesinado sin ninguna consideración a miles de colombianos.

Pero en quien nadie piensa ahora es en "el pueblo". ¿Acaso quienes están en las fronteras sufriendo desabastecimientos por los bloqueos, o los miles de ciudadanos que han perdido sus empleos por las restricciones al intercambio comercial o quienes sufrirán las retaliaciones guerrilleras, no son pueblo?

Yo si quisiera saber si el Palacio de Nariño o el de Miraflores o el de Carondelet, están desabastecidos. Ojala tuviera a alguno de esos presidentes de frente para decirles una única cosa: ¿Y el pueblo?