sábado, 31 de mayo de 2008

LAS 48 LEYES DEL PODER

Tomado de: http://www.gueb.org

El término Poder se ha convertido en una palabra fuertemente evocadora, muchas veces con connotaciones negativas. En Las 48 Leyes del Poder se presenta el lado oscuro del Poder, con un estilo claramente Maquiavélico.

Conocer las reglas que nos proponen Robert Greene y Joost Elffers para alcanzarlo, puede abrirnos los ojos y estar preparados para el entorno altamente competitivo en el que nos movemos.

Nunca le haga sombra a su amo
Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos
Disimule sus intenciones
Diga siempre menos de lo necesario
Casi todo depende de su prestigio; defiéndalo a muerte
Busque llamar la atención a cualquier precio
Logre que otros trabajen por usted, pero no deje nunca de llevarse los laureles
Haga que la gente vaya hacia usted y, de ser necesario, utilice la carnada más adecuada para lograrlo
Gane a través de sus acciones, nunca por medio de argumentos
Peligro de contagio: evite a los perdedores y los desdichados
Haga que la gente dependa de usted
Para desarmar a su víctima, utilice la franqueza y la generosidad en forma selectiva
Cuando pida ayuda, no apele a la compasión o a la gratitud de la gente, sino a su egoísmo
Muéstrese como un amigo pero actúe como un espía
Aplaste por completo a su enemigo
Utilice la ausencia para incrementar el respeto y el honor
Mantenga el suspenso. Maneje el arte de lo impredecible
No construya fortalezas para protegerse: el aislamiento es peligroso
Sepa con quién está tratando: no ofenda a la persona equivocada
No se comprometa con nadie
Finja candidez para atrapar a los candidos: muéstrese más tonto que su víctima
Utilice la táctica de la capitulación. Transforme la debilidad en poder
Concentre sus fuerzas
Desempeñe el papel de cortesano perfecto
Procure recrearse permanentemente
Mantenga sus manos limpias
Juegue con la necesidad de la gente de tener fe en algo, para conseguir seguidores incondicionales Sea audaz al entrar en acción
Planifique sus acciones de principio a fin
Haga que sus logros parezcan no requerir esfuerzos
Controle las opciones: haga que otros jueguen con las cartas que usted reparte
Juegue con las fantasías de la gente
Descubra el talón de Aquiles de los demás
Actúe como un rey para ser tratado como tal
Domine el arte de la oportunidad
Menosprecie las cosas que no puede obtener: ignorarlas es la mejor de las venganzas
Arme espectáculos imponentes
Piense como quiera, pero compórtese como los demás
Revuelva las aguas para asegurarse una buena pesca
Menosprecie lo que es gratuito
Evite imitar a los grandes hombres
Muerto el perro, se acabó la rabia
Trabaje sobre el corazón y la mente de los demás
Desarme y enfurezca con el efecto espejo
Predique la necesidad de introducir cambios, pero nunca modifique demasiado a la vez
Nunca se muestre demasiado perfecto
No vaya mas allá de su objetivo original; al triunfar, aprenda cuándo detenerse
Sea cambiante en su forma

miércoles, 21 de mayo de 2008

LOS ENEMIGOS DEL PUEBLO

En Colombia las mayorías están ciegas, o lo que es peor, son indiferentes al horror.

Por Héctor Abad Faciolince

Hay una obra de Ibsen que se llama Un enemigo del pueblo. La pieza fue estrenada en 1883 y sigue tan vigente como entonces. Resumida, la historia es la siguiente: Stockmann, el médico de un balneario en una pequeña ciudad noruega, un día se da cuenta de que algunos turistas de los baños termales se enferman gravemente. Ordena algunos exámenes de laboratorio y encuentra que las aguas del balneario están contaminadas por las alcantarillas del pueblo y por los residuos mefíticos de los curtidores de pieles, la otra actividad económica importante de la ciudad. La gente se muere de tifus y otras infecciones por bacterias, después de beber las aguas 'medicinales' del balneario.
El médico, orgulloso de su hallazgo, se apresura a hacérselo saber al alcalde, para que se corrija el problema. El balneario debe ser cerrado durante dos años para permitir los trabajos de limpieza, y hay que publicar la verdad en la prensa, para que los visitantes no corran riesgos. El doctor entrega su estudio al periódico La voz del pueblo. Todo parece muy razonable, pero en pocas horas la sociedad entera se pone en contra del doctor. Los accionistas del balneario se enfurecen y acusan al médico de ser un agitador político. Los trabajadores del mismo temen perder sus puestos y se levantan también contra él. El alcalde le sugiere al periódico que no se publique el artículo del médico, y La voz del pueblo sigue sus instrucciones. El alcalde publica un informe alternativo donde tranquiliza a la gente y dice que se aplicarán correcciones menores a un problema que se pretende exagerar con fines ideológicos.
Se cita a una reunión y la asamblea de ciudadanos abuchea al médico. Votan. Todos, menos un borracho, se ponen contra el doctor Stockmann y lo declaran "un enemigo del pueblo". Lo echan del puesto, el dueño de la casa donde vive pide que la desocupe, y el médico ve que sólo le queda el camino del exilio. La inmensa mayoría, manipulada por el periódico y por los accionistas del balneario, lo vapulean, rasgan su ropa, quiebran sus ventanas, expulsan a sus hijos del colegio. Es odiado por todos porque se atrevió a decir la verdad sobre la podredumbre de la ciudad.

Como ven, la de Ibsen es una fábula sobre el problema de decir la verdad en una sociedad enferma, corrompida, podrida por dentro. Los que dicen la verdad alejan a los inversionistas; los que dicen la verdad, dañan la imagen del país; los que dicen la verdad, hacen perder sus puestos a los trabajadores; los que dicen la verdad, son agitadores políticos que buscan el poder y para eso tratan de deponer al gobierno legítimo. Los que dicen la verdad, encuentran muy difícil publicarla en los periódicos, y los periódicos que la publican son declarados también apátridas, enemigos del pueblo.
Lo que está pasando aquí sobre la verdad de lo que han hecho los paramilitares en estos decenios de crímenes asquerosos (torturas, fosas comunes, desapariciones, asesinatos indiscriminados y selectivos, pueblos arrasados, desplazados por cientos de miles), se parece mucho a la denuncia del médico Stockmann. La gente no quiere ni oír hablar de esta verdad. En las encuestas que se hacen, quienes denuncian los horrores del paramilitarismo, pierden puntos y tienen pésima imagen. Quienes las minimizan, suben en las encuestas. El presidente recibe más apoyo que nunca.
El doctor Stockmann, al final de la obra, manifiesta entre irónico y serio su decepción por la democracia. Las mayorías están ciegas. También en Colombia las mayorías están ciegas, o lo que es peor, son indiferentes al horror que ven. El temple moral de los colombianos es flojo, por decir lo menos. Los aliados de los asesinos, los tramposos electorales, serían reelegidos. Una porción alta de los encuestados apoya los métodos de los paramilitares. Las inversiones van bien, el desempleo disminuye, los turistas empiezan a visitar el país. Por lo tanto, hay que callarles la boca a los aguafiestas que exageran con fines políticos los crímenes de los paracos.
Mi conclusión es trágica: hay algo oscuro en la conciencia gregaria, sumisa, de la mayoría de los seres humanos: aman el látigo, tienen sed de líderes que les digan lo que hay que hacer, no quieren pensar por sí mismos, sino ser conducidos por un carácter fuerte. Sólo la mano dura, la autoridad rígida, los hace mover en fila y con fines comunes. La sociedad marcha disciplinada cuando la dirige un ogro furibundo. También durante Franco, Hitler, Mussolini, se construyeron las grandes autopistas, la inflación se detuvo, volvieron las inversiones. Así somos los seres humanos. Los que digan una verdad que contradiga la mentira pública, serán declarados enemigos del pueblo. Y si se van del país y enfermos de un amor rencoroso, declaran lo que declaró (dolorosamente) Fernando Vallejo, entonces el linchamiento moral queda asegurado. Salud entonces, sumisos compatriotas ciegos, sigan brindando con las aguas podridas del balneario en que vivimos.

miércoles, 14 de mayo de 2008

NUESTROS QUERIDOS PROFESORES


Estamos ad portas de la celebración del día del profesor en Colombia y sin duda en nuestros recuerdos de infancia, adolescencia o edad adulta, están grabados algunos profesores que nos marcaron, por buenos o por malos.

Y es que en el tiempo de formación académica, tan variable como los mismos profesores, nos encontramos con personajes que van desde los típicos, aburridos y monótonos (términos comunes entre los estudiantes, por no decir otros), hasta los que son medio locos, los que no enseñan nada, los que nos tienen bronca, los que saben mucho, pero no son capaces de transmitirlo, los que tienen una paciencia desbordadora, los ogros, los buena gente, los que regalan la materia, a los que nadie les gana, los que amamos y los que odiamos tanto, que con solo recordarlos se nos corroe el alma. Pues bien, podría seguir enumerando los tipos de profesores, pero la lista resultaría muy extensa. Sólo hay algunas características, que quiero mencionar, porque me parecen muy particulares, sobre todo porque podría decirse que algunos están descontextualizados. Aquí hablaré sólo de lo que ha salido de la experiencia personal de 13 años de formación académica.

Haciendo un recuento de lo que recuerdo, empezando por el preescolar, hoy me doy cuenta de que esa persona que me recibía a los 4 o 5 años, ni siquiera era docente, sólo era una señora que más que enseñar algo, cuidaba niños. Luego en la primaria encontré a una profesora de esas que uno diría “es un amor”, Teresa es el nombre, porque aún vive y fue ella la que me enseño a leer y a escribir (al menos a entender los símbolos y a hacerlos para formar palabras) y fue en la primaria cuando conocí al primer ogro, aunque en realidad no lo era tanto, solo tenía fama (supongo que por algo).

Luego en el bachillerato, la cosa era a otro precio… Los primeros grados muy convencionales, aunque en séptimo conocí a una profesora, que además de haber sido mi directora de grupo en dos grados, terminó por convertirse en una gran amiga. Pero allí en el colegio conocí de todo… Una profesora alcohólica, que cuando no faltaba a clase, iba borracha, un gordo que “enseñaba” español y que no tenía ningún reparo en vaciar a cualquier estudiante y cuyo discurso de cada clase era: “hay que leer” (hoy me doy cuenta de que no estaba equivocado), pero que nunca enseñó nada más; una negra que me la tenía montada y con la que peleaba clase, tras clase; una mona chiviada, que enseñaba nutrición, pero que no pasaba de vitaminas y minerales y ejercicios pendejos; un gorila (así le decíamos) que se llevaba los cuadernos para revisarlos y nunca los devolvía (o si los devolvía, los había calificado sin mirarlos siquiera); una que era chiquitina, pero a la que todo el mundo le temía y para completar daba química y otros muy buenos, centrados en lo que hacían. Como ven, a pesar de que se suponía que era el mejor colegio, no faltaba el parche…

Y en la universidad, ahí si que se encuentra de todo. Aunque en términos generales todos son buenos, no falta el medio loco, el escuelero, el que no se decide por lo que quiere (porque cada vez que uno entrega un trabajo cambia las condiciones), el que habla excesivamente rápido y el que duerme elefantes…

Como quien dice, si queremos aprender alguito, primero tenemos que educarnos en entender a los educadores, para que no resulte que nos estrellamos, perdemos las materias, las tenemos que ver otra vez con los mismos y hasta terminamos sabiendo más que ellos mismos, porque eso sí que les duele en el alma…

Como quien dice, astucia, paciencia y constancia, para entender a nuestros queridos profesores, al fin de cuentas ellos tienen que hacerlo con nosotros. Porque además de todo lo anterior, la gran mayoría, sobre todo de escuelas y colegios públicos, son analfabetas funcionales, muchos no saben ni prender un computador, no saben decir ni gracias en inglés y en ocasiones se escudan en los sindicatos para que no los vayan a sacar de los colegios. ¡Y ESOS SON LOS QUE ESTÁN FORMANDO A LOS HABITANTES DE ESTE PAÍS!, ¡Qué esperanzas!

Un saludo y reconocimiento a los buenos profesores, a los que sí saben enseñar y no han perdido el amor por su profesión. Un gran reconocimiento, porque aún recibiendo salarios en ocasiones indignos, siguen cumpliendo con su misión de enseñar y formar.

(INTERACCIÓN: CLIC EN COMENTARIOS + SELECCIÓN ANÓNIMO - SI NO DISPONE DE UNA CUENTA EN GMAIL)



miércoles, 7 de mayo de 2008

¿QUIÉN GANA Y QUIÉN PIERDE?


Cada día se destapan más escándalos en las altas esferas políticas de este país y cada vez aumenta más el descaro de los dirigentes políticos, empezando por el presidente de la república, que insisten en que no pasa nada, que son inocentes y que todo es un montaje.

La descomposición política y social en Colombia ha llegado a extremos tan lamentables que incluso después de que han salido a la luz pública hechos tan graves y denigrantes como la parapolítica, la infiltración de las instituciones públicas por el narcotráfico y otros grupos armados y el clientelismo y la politiquería, esos altos funcionarios aún siguen ocupando sus puestos y la gente por ahí, tan tranquila.

Es inconcebible que después de que se ha sabido que la mayoría de los implicados en el escandaloso tema de la parapolítica son de la coalición de gobierno, el señor Uribe siga allí en la Casa de Nariño como si no pasara nada, cuando gracias a esos voticos él llegó a la presidencia, lo propio pasa con funcionarios implicados en delitos graves que ya deberían haber sido destituidos. Y lo más absurdo es que aquí cada vez que se destapa una olla podrida, un ejército del alto gobierno, sale de inmediato a generar alguna cortina de humo para desviar la atención de la opinión pública.

Hoy Yidis Medina está detenida acusada del delito de cohecho, lo que es gravísimo y digno de desaprobación, pero casi nadie se ha preguntado por ejemplo, si efectivamente es cierto que el voto que salvó la reelección a última hora en el congreso fue comprado, ¿ese delito hace ilegal la reelección? No se han preguntado eso porque el honorable gobierno ha restado importancia al tema y en cambio ha hecho todo lo posible por generar bombas informativas que ocupen a los medios y distraigan a los espectadores (la masa estúpida). Yo me pregunto cómo es que muchos piensan en la segunda reelección…

Parece ser que en este país hablar, contar la verdad, destapar ollas podridas no sirve de nada, porque los dirigentes políticos (¿debería decir parapolíticos?) son “intocables” y la gente es tan imbécil que pese a todas las barbaridades que cometen siguen agachando la cabeza frente a ellos y rindiendo pleitesías.

Es hora de despertar… de poner a funcionar el sentido común (el menos común de los sentidos) y de tomar una posición crítica y activa frente a lo que pasa. La guerrilla, los paramilitares y los políticos que tenemos le han hecho mucho daño a este país, pero más daño le hace la indiferencia de los ciudadanos.

No creo que el camino sea la izquierda y mucho menos la rebeldía, pero este por el que vamos tampoco es. El país no va por buen camino, detrás de todo lo que se nos muestra hay mucho de perversidad y muchos intereses maquiavélicos que infortunadamente no se pueden revelar, pero que existen y que están llevando a esta sociedad y a este país hacia una hecatombe en la que unos cuantos ganan, pero todo el país pierde.