miércoles, 7 de mayo de 2008

¿QUIÉN GANA Y QUIÉN PIERDE?


Cada día se destapan más escándalos en las altas esferas políticas de este país y cada vez aumenta más el descaro de los dirigentes políticos, empezando por el presidente de la república, que insisten en que no pasa nada, que son inocentes y que todo es un montaje.

La descomposición política y social en Colombia ha llegado a extremos tan lamentables que incluso después de que han salido a la luz pública hechos tan graves y denigrantes como la parapolítica, la infiltración de las instituciones públicas por el narcotráfico y otros grupos armados y el clientelismo y la politiquería, esos altos funcionarios aún siguen ocupando sus puestos y la gente por ahí, tan tranquila.

Es inconcebible que después de que se ha sabido que la mayoría de los implicados en el escandaloso tema de la parapolítica son de la coalición de gobierno, el señor Uribe siga allí en la Casa de Nariño como si no pasara nada, cuando gracias a esos voticos él llegó a la presidencia, lo propio pasa con funcionarios implicados en delitos graves que ya deberían haber sido destituidos. Y lo más absurdo es que aquí cada vez que se destapa una olla podrida, un ejército del alto gobierno, sale de inmediato a generar alguna cortina de humo para desviar la atención de la opinión pública.

Hoy Yidis Medina está detenida acusada del delito de cohecho, lo que es gravísimo y digno de desaprobación, pero casi nadie se ha preguntado por ejemplo, si efectivamente es cierto que el voto que salvó la reelección a última hora en el congreso fue comprado, ¿ese delito hace ilegal la reelección? No se han preguntado eso porque el honorable gobierno ha restado importancia al tema y en cambio ha hecho todo lo posible por generar bombas informativas que ocupen a los medios y distraigan a los espectadores (la masa estúpida). Yo me pregunto cómo es que muchos piensan en la segunda reelección…

Parece ser que en este país hablar, contar la verdad, destapar ollas podridas no sirve de nada, porque los dirigentes políticos (¿debería decir parapolíticos?) son “intocables” y la gente es tan imbécil que pese a todas las barbaridades que cometen siguen agachando la cabeza frente a ellos y rindiendo pleitesías.

Es hora de despertar… de poner a funcionar el sentido común (el menos común de los sentidos) y de tomar una posición crítica y activa frente a lo que pasa. La guerrilla, los paramilitares y los políticos que tenemos le han hecho mucho daño a este país, pero más daño le hace la indiferencia de los ciudadanos.

No creo que el camino sea la izquierda y mucho menos la rebeldía, pero este por el que vamos tampoco es. El país no va por buen camino, detrás de todo lo que se nos muestra hay mucho de perversidad y muchos intereses maquiavélicos que infortunadamente no se pueden revelar, pero que existen y que están llevando a esta sociedad y a este país hacia una hecatombe en la que unos cuantos ganan, pero todo el país pierde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Peor desgracia que saberlo es saberse ciertamente cobarde, carente del coraje para hacer lo que se tiene que hacer. Pero, ¿Quién?: Somnolientos ciudadanos embebidos en alcohol, parsimoniosos y aletargados contaminados de otros?. Un redil estúpido y acrítico.
Casi, casi me digo misántropo… pero existen culturas y personas a las que respeto. Más bien, me considero un pesimista social.